Es un hesperidio globoso. Está recubierto de una cáscara gruesa, carnosa de color amarillo o rosáceo, con glándulas oleosas pequeñas y muy aromáticas, rugosa. Tiene 11 a 14 carpelos, firmes, muy jugosos, dulces o ácidos según la variedad, separados por paredes membranosas de característico sabor amargo que contienen pulpa de color que va del amarillo pálido al rojo muy intenso.
500 ml de leche, 1 cucharada de harina de repostería, 1 cucharada de maicena, 5 pomelos rosa, 4 yemas de huevo, 150 gr de azúcar glas, 50 ml de cointreau, 30 bizcochos de soletilla.
Pelar los pomelos y guardar la cascara de uno de ellos. Limpiarlos bien y desgajar uno de ellos. Colocarlos en el fondo de una fuente redonda y honda. En un plato hondo poner el zumo de 3 pomelos, 25 ml del licor y dos cucharadas de agua, ligar bien. Pasar por esta mezcla 15 bizcochos, cubrir con ellos el fondo y las paredes de la fuente. En una cacerola poner la leche a cocer a fuego medio junto con las cascara de pomelo y la mitad del azucar. En un tazon poner las yemas, el resto del azúcar, la harina, la maicena y el licor restante y mezclar bien. Cuando la leche comience a hervir, retirarla del fuego, quitarle la cascara y mezclarla con el contenido del bol. Volver a colocar al fuego suave. Remover para que no se formen grumos. Sacar del fuego, dejar que se temple y añadir a la fuente, alternándolo con bizcochos sin mojar y gajos del pomelo que nos queda. Cubrirlo con papel aluminio y colocarle la tapadera de una cacerola, para que tenga algo de peso encima. Meterlo en la nevera y dejar reposar unas 8 h. Servir frío.