Las criadillas son los testículos del cordero. Tienen múltiples propiedades. Ayudan a ganar masa muscular y mantener la piel, el pelo y las uñas en buen estado.
4 criadillas de cordero, 1 huevo, pan rallado, aceite de freír, sal, pimienta negra molida.
Limpiar las criadillas, quitándoles la piel que las recubre. Cortarlas en medallones finos.
Colocar las criadillas en un colador con sal y dejarlas 10 m. Lavarlas con agua fría y secarlas.
En un bol, batir el huevo. Poner el pan rallado en otro cuenco. Pasar las criadillas primero por el huevo y después por el pan rallado.
Poner el aceite a calentar a fuego fuerte y freír en el las criadillas hasta que estén doradas y crujientes.
Sacarlas y escurrirlas sobre papel absorbente. Servir calientes.