Un plato sencillo y barato para un aperitivo. Ideal para acompañar con tostas o como guarnición de platos fríos.
500 gr de champiñones, 10 dientes de ajo, perejil, 500 ml de vinagre de vino blanco, 300 ml de aceite de oliva, sal.
Lavar los champiñones, quitarles la parte terrosa y cortarlos en laminas. Sumergirlos en 2 partes de vinagre y una de agua durante 8 h. Sacarlos y escurrirlos. Cortar muy pequeños los ajos y el perejil. En una bandeja poner una capa de champiñones, salarlos y añadir ajo y perejil al gusto. Repetir esta operación hasta que se nos terminen los champiñones. Cubrirlos de aceite de oliva. Conservar en frío. Los podremos servir directamente al plato o encima de pan.