Una receta propia. Una combinación que funciona muy bien. Después de probarlas en un local de mi barrio hace unos años, logré el equilibrio entre los ingredientes para un sabor extraordinario.
1 L de leche, 450 gr de harina de fuerza, 200 gr de mantequilla, 100 ml de aceite de coco, 1 L de leche, 1 calabacín, sal, nuez moscada, 6 huevos, harina, pan rallado, coco rallado, aceite de freír.
Lavar el calabacín, cortarle las puntas y cortarlo en dados de 3×3 mm. Saltearlos en un sartén con muy poco aceite. Reservar.
En una cacerola poner la mantequilla y el aceite de coco a calentar a fuego medio. Cuando la mantequilla este derretida, agrega la harina y bate bien para freír la harina. Añadir la leche, e ir batiendo hasta que obtengamos una bechamel. Agregar la sal y la nuez moscada. Añadir el calabacín y mezclar bien.
Verter la masa en una bandeja que previamente habremos untado con aceite. Tapar con film y dejar reposar en la nevera al menos 4 h.
Sacar de la nevera la masa e ir haciendo bolitas de masa de unos 2 cm de diámetro. Pasar por harina, huevo batido y pan rallado para empanarlas. Freir en aceite hirviendo. Sacar, escurrir sobre papel absorbente y servir.