Posiblemente una de las croquetas más sabrosas que se pueden hacer ya que la pringá cuando se calienta suelta la grasa en la bechamel y eso las hace más sabrosas.
1 L de leche, 300 gr de mantequilla, 500 gr de harina de fuerza, 1 cebolla, sal, pimienta negra molida, nuez moscada, 200 gr de pringá, 8 huevos, pan rallado, aceite de freír.
En una cacerola alta, poner la leche a calentar a fuego fuerte. Mientras, en una sarten poner, a fuego medio, la mantequilla a calentar. Cuando esté completamente derretida, agregar la cebolla muy picada. Pochar. Añadir la harina de fuerza poco a poco, sin dejar de remover hasta convertirla en un roux, salpimentar y agregar la nuez moscada rallada.
Cuando la leche comience a hervir, agrega el roux y baja a fuego medio. No dejar de remover hasta que tengamos montada la bechamel. Incorporar entonces la pringá, removiendo bien para que quede completamente incorporada a la masa.
Pintar de aceite una fuente y repartir por encima la bechamel, tapar con film y meter en la nevera al menos 4 h para que se enfríe.
Transcurrido este tiempo, sacar e ir haciendo las croquetas al tamaño que deseemos. Pasar por huevo batido y por pan rallado para empanadas. Dejarlas reposar al menos 30 m.
Poner el aceite de freir a fuego fuerte y cuando esté caliente, incorporar las croquetas y freírlas hasta que estén doradas. Sacar y escurrir en un plato cubierto de papel de cocina, para que absorba el exceso de aceite, servir.