El origen de los buñuelos data de hace unos 2000 años en la zona del norte de África. Esta combinación emigró a la península y se convirtió en buñuelos de viento.
250 ml de agua, 100 gr de manteca blanca, 20 gr de sal, 200 gr de harina, 6 huevos, aceite de freír.
Poner el agua, la manteca y la sal en una cazuela a calentar. Cuando comience a hervir, agregar la harina. Remover hasta que se forme una masa uniforme.
Sacar y colocar esta masa en un bol e ir añadiendo los huevos de uno en uno mientras los vamos mezclando. Dejar que la masa se enfríe. Poner el aceite a calentar a fuego fuerte e ir echando cucharadas soperas de masa en el aceite, dándoles la vuelta para que se hagan por ambos lados. Servir calientes.