Los garbanzos son una legumbre muy popular y fácil de encontrar. Son ricos en minerales y vitaminas.
500 gr de garbanzos, 10 ml de concentrado de tomate, 1 cebolla, menta fresca, aceite de oliva, sal, 250 mg de harina con levadura (Yolanda), pimienta negra molida.
Poner los garbanzos en agua a remojar la noche anterior. Escurrir y triturarlos en un robot de cocina hasta obtener una masa grumosa. Ponerlos en un cuenco. En otro cuenco, mezclar el tomate con 20 cl de agua y añadirselo a los garbanzos. Agregar la cebolla y la menta muy picadas. Salpimentar. Incorporar la harina poco a poco y hacer una masa un poco densa y maleable. Cubrirla y reservarla 1 h.
Calentar el aceite en una sartén de fondo grueso, ir añadiendo, por tandas, cucharadas de masa y freírlas por ambas caras hasta que estén doradas. Retiralos y escurrirlos. Servir calientes.